miércoles, 2 de julio de 2025

Pedro Martínez de la Rosa y el McLaren MP4-21 de 2006

Uno de los segundos puestos más memorables del automovilismo español lo firmó Pedro Martínez de la Rosa, quien en el Gran Premio de Hungría de 2006 se subió al podio con un brillante segundo lugar que aún hoy se recuerda con orgullo.


La Fórmula 1 vivía en 2006 una etapa dominada por la lucha entre Renault y Ferrari, con un McLaren-Mercedes algo desdibujado respecto a años anteriores. El monoplaza de la escudería británica, el MP4-21, había sido diseñado por el prestigioso ingeniero Adrian Newey, y aunque destacaba visualmente por su librea cromada, ideada para potenciar la visibilidad del nuevo patrocinador principal, Emirates,  no logró estar a la altura en cuanto a rendimiento.


El MP4-21, caracterizado por su distintiva nariz de doble aguja (una evolución vista en el MP4-19 de 2004), marcó también un hito técnico al ser el primer monoplaza de McLaren en llevar motores Mercedes-Benz, tras una década de colaboración con Ilmor. Sin embargo, la temporada resultó decepcionante: por primera vez desde 1996, McLaren no ganó ni una sola carrera. Los mejores resultados fueron segundos puestos repartidos entre Kimi Räikkönen (Australia e Italia), Juan Pablo Montoya (Mónaco) y, notablemente, Pedro de la Rosa, en una lluviosa y caótica jornada en el Gran Premio de Hungría.



De la Rosa, que había asumido el rol de piloto titular tras la salida de Montoya a mitad de temporada, firmó una actuación sobresaliente en Hungaroring. Bajo la lluvia, con estrategias cambiantes y numerosos incidentes en pista, el piloto catalán aprovechó cada oportunidad, conduciendo con solidez y sangre fría. Su segundo lugar supuso no solo su mejor resultado en Fórmula 1, sino también un reconocimiento tardío a su talento y profesionalismo, siempre al servicio del equipo.


Cerró aquella temporada con 19 puntos, un número modesto en apariencia, pero significativo si se considera el contexto: un coche difícil, una temporada irregular para la escudería, y la presión de sustituir a uno de los pilotos principales. Su podio en Budapest fue una victoria moral que aún hoy los aficionados españoles recuerdan con cariño.



En un deporte que suele premiar a los ganadores, hay segundos puestos que trascienden lo estadístico. El de Pedro de la Rosa en Hungría 2006 es uno de ellos: un símbolo de perseverancia, talento y oportunidad.


McLaren MP4-21 #4 de Pedro Martínez de la Rosa - 1/32




De la vitrina al circuito se ha teletransportado este MP4-21 con REF. H2813 de la marca inglesa Superslot con el que Pedro consiguió esa hazaña y con el que estuvo a punto de ganar.


Se lo merecía!.

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