Un poco de historia
El Chevrolet Corvette Stingray del 1963 es un deportivo que ocupa el lugar de la segunda generación, y fue producido por la división de la marca estadounidense desde el 1963 hasta 1967, y para esta belleza ya clásica para nuestro tiempo todo comenzó producto a dos proyectos de la General Motors, proyectos además separados pero un tanto simultáneos, me refiero a él Q-Corvette y al Stingray del 57, esta unión o fusión como se le quiera llamar produjo el modelo protagonista de este articulo el Chevrolet Corvette Stingray del 1963, de tal manera que hay darle honores sus diseñadores.
El exterior
Se podría decir con suma confianza que el punto focal del exterior del Chevrolet Corvette Stingray del 1963 es su parte trasera, esto debido al diseño tipo Fastback, que no es más que una caída pronunciada del techo o ventana trasera hacia al paragolpes, dándole por supuesto cierto poder aerodinámico. Por otro lado encontramos una línea en relieve que dividía por la mitad todo el techo de manera continua hasta el final de la compuerta del maletero, lo que nos indica que la ventana trasera no era una sola como normalmente conocemos en los coches, es decir, también estaba dividida, cosa que lo hacia algo muy inusual para aquel tiempo e incluso para la actualidad, a mí me encanta este auto y quiero tener uno, algún día.
Si nos vamos para el frente encontramos un capo con molduras centrales sobresalientes y dos tomas de aire emparrilladas. La punta del capo es de diseño filoso, lo que le da ligar a otra avance tecnológico fuera de la época en que fue fabricado, me refiero a las luces delanteras guardadas, las cuales al ser encendidas estas salían de manera automáticas, que delicia. Los paragolpes tanto el delantero como el trasero se ofrecían de tamaño pequeño cosa que contrastaba perfectamente con el diseño del auto que era puro músculos, dichos paragolpes además se presentaron en cromado, sin embargo, había una diferencia del paragolpes trasero con respecto al delantero, y era que el trasero había adoptado también la división del techo y ventana trasera, estando también dividido, valla auto, que esplendido. Los laterales también dejaban ver la musculatura del vehículo, todo poder.
La Cabina
Dentro del auto se podía disfrutar de un habitáculo muy deportivo pero también muy confortable, porque al abordar el auto encontramos el cuero haciendo su trabajo en los asientos, paneles internos de las puertas y también en el techo. El piso estaba muy protegido con una espesa alfombra, el salpicadero era de un fuerte y trabajado plástico de diseño curvo y dividido, lo que le daba lugar a que los controles estuviesen en el medio del tablero central. Por otro lado el cuadro de instrumentos ofrecía ventanillas redondas y era un cuadro muy completo, lo que le permitía al volante de tres radios de aluminio dejarse ver en todo su esplendor deportivo y elegante. En cuanto a las plazas debemos ser honestos y decir que solo es para dos personas, porque en honor a la verdad, aunque en la parte de atrás del habitáculo ciertamente hay un asiento largo y corredizo, no hay mucho espacio para estirar las piernas, lo que lo convierte en un asiento para niños. Pero que esto no nos desilusione porque a la final este es un auto deportivo, y autos deportivos solo ofrecen lugar para dos personas.
Motor
Desde que su comienzo hasta el final este auto mantuvo debajo del capo en motor V-8 pero es obvio que la diferencia fue en los litros, porque al principio ofrecía solo 5.4 litros pero desde la mitad de su producción hasta el final el motor V-8 era de 7.0 litros. Por supuesto que el poder iba en crecimiento pero podemos hablar con confianza de 410 caballos de fuerza con 550 pie de torque y 6200 rpm. Todo esto estaba asociado a una caja manual de 4 velocidades.
Fuente: motoryracing.com
El coche de slot.
Partiendo de un kit de plástico de 1986, que tenía reservado hace algunos años, de AMT a escala 1/25 del cual se podían hacer varias versiones, entre ellas una Dragster, me decliné por la más "normal".
Aprovechando las calcas menos deterioradas, con el paso del tiempo, del propio kit, me aventure a pintar la carrocería de negro. Quizás fui a lo fácil, pero un marrón chocolate o un wengue era demasiado arriesgado bajo mi punto de vista. Cobarde!.
La deco sencilla, inspirada en las carreras de la SCCA, esas carreras americanas que parecía que corrían con el coche de diario más un dorsal y que me encantan.
Por debajo de la carrocería un chasis de plástico fabricado en 3D tirado por un motor de caja larga que, después de alguna pruebas en un tramo de Ninco, peca de demasiado flexible en el tren delantero, dando constantes botes y saliéndose de morro por lo que habrá que meterle mano y reforzar esa parte.